

Demasiadas decisiones que tomar
y esto implica realizar ciertos sacrificios o elegir una cosa sobre otra.
En este artículo les vamos a proporcionar un método con el cual podrás tomar decisiones complejas, desde las personales hasta el mundo profesional: El método PROACT.
Toma de decisiones
Desde el momento en que el decides desayunar pan con café, o huevos estrellados con jugo de naranja, estas tomando una decisión que influirá en tu futuro, y comienza a tomar seriedad de estas decisiones cuando comienzas a notar las consecuencias de dichas elecciones.
En la vida existen diversos tipos de decisiones, desde las más sencillas como en el ejemplo anterior, o las complejas, que conllevan una serie de factores que te hacen replantear lo que consideras conveniente ya que conllevarán consecuencias más serias y duraderas, por lo que estar seguro que la decisión que tomas es correcta según el objetivo al que quieras llegar.
Este método consiste en una serie de 8 elementos que deben ser considerados a la hora de tomar una elección:
- Problema
- Objetivos
- Alternativas
- Consecuencias
- Transacciones
- Incertidumbre
- Tolerancia al riesgo
- Decisiones vinculadas
Estos elementos deben ser enlistados en orden para que el método tenga congruencia. Si bien, los primeros 5 elementos son esenciales y suficientes para tomar la decisión en cuestión, también este método integra los 3 elementos restantes cuando se debe tomar una decisión en momentos de mucha incertidumbre o que evolucionan constantemente.
Para aplicar el método PROACT debemos definir cada elemento con el problema en cuestión:
- Definir el problema: Debemos tener claro cuál es el problema de manera correcta evitando supuestos. Pensemos en el caso donde nos hagan una oferta laboral y estés indeciso, pueden existir diversos factores que le den ese sentido de problema al querer cambiar de trabajo. Por ejemplo, si la oferta de trabajo es porque quieras salir de ese trabajo debido a un mal clima laboral, incertidumbre, problemas personales, o simplemente porque te ofrecieron otra oferta más llamativa. Aquí debes preguntarte los motivos por los cuales tienes ese problema y quieres tomar una decisión, y es importante que lo analices a profundidad sin dejarte llevar por prejuicios.
- Definir objetivos: Cuando has detectado el problema y estas seguro, debes preguntarte que es lo que quieres obtener para resolver el problema. Toda decisión conlleva un resultado, y debes identificar qué quieres obtener. ¿Quiero un trabajo con buen ambiente laboral? ¿Quiero un trabajo donde me digan qué hacer? ¿Quiero crecimiento personal? ¿Cuáles son mis metas profesionalmente hablando? Necesitas definir qué quieres obtener para idear en una ruta de acción.
- Buscar alternativas: Para elegir sabiamente debes contar con una lista de opciones que puedan resolver el problema. ¿En esta empresa valoran a sus empleados? ¿En esta empresa los capacitan? Si bien, es muy poco probable que todas tus inquietudes sean satisfechas por una sola opción, pero también existen alternativas que no sean obvias a simple vista: ¿He externado mi situación a mis superiores y no me ha gustado su respuesta? ¿Puedo emprender? ¿La razón por la que no me guste mi trabajo actual depende de mí?
- Evaluar las consecuencias: De cada alternativa seleccionada, debes valorar las consecuencias y compararlas para entender cual es tu mejor opción. Debes evitar el sesgo y la preferencia por alguna de las opciones y pensar objetivamente en cada una de las alternativas y sus resultados. En este punto comenzarás a darte cuenta de que algunas de las alternativas que considerabas ideales, realmente no lo eran.
- Valorar las transacciones: Si bien, no todas las alternativas son perfectas con relación a las consecuencias, cada toma de decisiones implica establecer prioridades y significa descartar las demás opciones para tomar una decisión y encontrar aquella que más de acople a tu ideal. Por ejemplo, si en mi trabajo actual no me gusta el ambiente laboral, pero el sueldo es mayor al del mercado laboral, ¿realmente mis prioridades me permiten tomar esa decisión?
- Clarificar las incertidumbres: Aquí debemos analizar nuestras opciones y pensar en los diferentes escenarios que pueden resultar de nuestras decisiones. Si decidimos cambiar de trabajo, debes pensar cuáles consecuencias inmediatas podrían resultar y si compensa el riesgo los beneficios a futuro, entre otros. Aquí podría investigar si la empresa tiene un alto grado de rotación de personal o algún indicador que pueda ayudarte a tomar una decisión más acertada.
- Evaluar tu tolerancia al riesgo: Debes estar seguro de que podrías afrontar la situación en caso de que la decisión que hayas tomado sea la equivocada.
- Decisiones vinculadas: Debemos estar conscientes de que el presente construye nuestro futuro, y las decisiones del hoy son los frutos que cosecharemos en el futuro.
Conclusiones
Como puedes ver, el proceso PROACT es una técnica muy útil para tomar decisiones difíciles. No obstante, es importante ponerla en práctica, ya que se puede aprender y perfeccionar a través de la experiencia. Asimismo, desarrollar habilidades blandas, como la toma de decisiones, resulta fundamental para tu formación personal, y es cada día más necesario a nivel laboral, tanto si buscas un nuevo empleo como si te planteas emprender y desarrollar tu propia idea de negocio.
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Autor: Carlos Zúñiga

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